Este invento de Quentin Tarantino en el que mezcla Spaghetti western y Blaxpolitation ha salido genial. La primera hora y media es sublime, un ejercicio de cine que sólo este realizador loco sabe hacer. Luego a partir de que entran en la mansión de Leonardo DiCaprio pega un pequeño bajón en cuanto al ritmo (ya que a nivel de calidad es suprema como los polvorones).
Jamie Foxx está colosal y Christoph Waltz también aunque éste ya no supone ninguna sorpresa. El que no me ha convencido para nada es Samuel L. Jackson que exageradísimo y chirría en comparación con el resto del reparto. Parece una parodia que está en mitad de una comedieta de Eddie Murphy pero bueno, como es amiguete del Tarantino pues por eso está por ahí con más pena que gloria. Y mira que su personaje tenía mucho jugo y se queda a medio vaso.
Me hace gracia la gente que se queja de que el director es demasiado sangriento. Va a ser que en América trataban a los esclavos negros entre algodones y les daban vasitos de leche merengada antes de acostarse. ¡Hay que joderse! Es un tema durísimo. Si ves una película sobre la esclavitud y no te incomoda es que te están ocultando gran parte de la información para que no te moleste.
Nota: 8
Recomendada para los que disfrutan del cine como enorme espectáculo de magia e ilusión.
No recomendada para personas sosas y aburridas
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