Su director, Wes Anderson, es uno de los tipos más desbocados que se recuerdan en los últimos años en esto del cine. Consigue hacer lo que le da la real gana y aún así sigue siendo fiel a su estilo. No sabemos sin Moonrise Kingdom es un drama, una comedia o una simple aventura infantil. No sé si dejaría ver a mis hijos una historia así o les animaría a que lo hicieran. Te hace dudar de lo que tienes enfrente y te causa un estado de confusión mental digno de estudio por los psicólogos más prestigiosos.
Sin embargo, curiosamente, de sus últimos trabajos es el que menos me ha cautivado. Disfruté con las rarezas de Life Aquatic, The Royal Tenembauns o incluso Academia Rushmore. Ahora me encuentro un relato que se muestra bienintencionado pero que le falta dejar la semillita en tu cerebro para que florezca como un recuerdo de adolescencia. A mí, por lo menos, eso no me ocurre. Sólo veo niños enseñando su madurez y adultos comportándose como críos olvidados del romanticismo. Mismo contenido, distinto continente.
Yo no la volvería a ver, por lo menos a corto plazo, porque los niños que salen me agobian pero sí que recomiendo a cualquier persona que le dé una oportunidad. Vale la pena caer en sus redes.
Nota: 5
Lo mejor: El reparto adulto
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